El Club Deportivo Ciclista Mas Camarena se inicia en 2003 y está compuesto por vecinos de la urbanización Mas Camarena en Bétera (Valencia). En la actualidad existen dos grupos, uno de bicicleta de carretera y otro de MTB, entre los dos somos unos 25 socios aproximademente.












SALIDAS DE NOVIEMBRE 2014


DIA 02-11-2014 MAS CAMARENA, CANTERAS, ALTO DEL ORONET, DIRECCIÓN SONEJA, GIRO HACIA ALGIMIA, TORRES TORRES, FAURA ALMUERZO, REGRESO, TORRES-TORRES, ALTO DEL ORONET, CANTERAS BETERA, MAS CAMARENA.

SALIDA 7,50 Km. 115

DIA 09-11-2014 MAS CAMARENA, CTRA OLOCAU, MARINES NUEVO, CASINOS, VILLAR DEL ARZOBISPO, ALTO DE HIGUERUELAS, ALMUERZO, REGRESO CASINOS, LLIRIA, MARINES NUEVO, CTRA OLOCAU, MAS CAMARENA

SALIDA 7,50 Km. 115

DIA 16-11-2014 MAS CAMARENA, LA ELIANA, VILLAMARCHANTE, RIBARROJA, LORIGUILLA, CHESTE, GODELLETA, TURIS, ALBORACHE, MACASTRE, ALMUERZO, REGRESO ALTO RIO JUANES POR DETRÁS, TURIS, CHESTE, VILLAMARCHANTE, BENAGUACIL, LA ELIANA, MAS CAMARENA.

SALIDA 7,50 Km. 112

DIA 23-11-2014 MAS CAMARENA, CTRA OLOCAU, MARINES NUEVO, PUERTO DE ALCUBLAS, ALMUERZO, REGRESO POR VILLAR DEL ARZOBISPO, CASINOS, MARINES NUEVO, MAS CAMARENA
SALIDA 7,50 Km. 100

DIA 30-11-2014 MAS CAMARENA, CANTERAS, ORONET, SONEJA ALMUERZO, REGRESO, PICO DEL AGUILA POR DETRÁS, GATOVA, CTRA OLOCAU, MAS CAMARENA.
SALIDA 7,50 Km. 95

SE RUEGA PUNTUALIDAD

viernes, 5 de julio de 2013

Carpe Diem


Miércoles 19 de Junio, a las 20:26. Estaba yo tranquilamente delante del televisor. De repente veo una entrada en WhatsApp. El Presi: Santi ENTRENA que ya tienes dorsal. Que tengo dorsal para la QH??.  No me lo podía creer, pero no, no… esto iba en serio. Coño, y ahora que hago??.
Antes de tomar una decisión pensé… bueno, vamos a ver esto de qué va… Lo primero, ver el perfil de la QH. Primera impresión: ni de coña!!. Luego vi un par de videos: paisajes espectaculares, un ambiente increíble, y un puñado de chalados en busca de un objetivo: superarse a sí mismos. Y la verdad, me quedé enganchado. Y por si fuera poco, tenía dorsal y a mi peña casi al completo: Carpe diem.

Jueves 20 de Junio, durante todo el día. Sentimientos contradictorios, día incómodo. De momentos de euforia: “Voy a hacer la QH!!”... a… “hostia, Santi, pero tú sabes dónde te metes?”. Flojera de estómago, sudores fríos, ansiedad por no haber preparado nada,… un horror. Luego, por la noche al llevar la bici a casa de Valentín y ver a algunos compis, ya me tranquilicé un poco.

Viernes 21 de Junio. Realmente no lo tenía decidido al 100%. No quise presionarme y me dejé un margen para ver qué sensaciones tenía una vez estuviese en el campo de batalla (aunque por dentro sabía que la iba a hacer). El ambiente con la peña fue fenomenal (como siempre), fui cogiendo algunos apuntes de los consejos recibidos, que en realidad eran un empujoncito hacia adelante, y se respiraba una atmósfera cojonuda: Decidido. Carpe diem.

Viernes 21 de Junio, a las 00:30. Ahí estaba yo, en la cama haciendo los deberes retrasados  a última hora… estudiando la ruta… dónde comer, donde  estaban los avituallamientos,… y claro, los nervios volvieron a aparecer…

Día D, hora h. Bueno, pues ya estamos ahí  en el mogollón esperando el pistoletazo y ya no hay marcha atrás!!. Fresquito pero muy tranquilo. Era mi primera carrera en bici y le tenía un poco de respeto al hecho de estar rodeado de cientos de contrincantes. Quizás mi experiencia de cuando corría en karts me ayudó a estar centrado. Allí se salía con el cuchillo en los dientes!.

Por fin empezamos a movernos. Bajador, Nervios, Germán y Juanjo salieron justo delante de mí. Yo creo que antes de poner los dos pies en las calas ya les había perdido. Julián y Valentín salieron justo detrás de mí. Éste último empezó a moverse con habilidad, cual Zorro, por el mogollón y al poco también lo perdí de vista. Julián se puso delante de mí y fui a rueda de él un rato, no mucho; lo dejé ir un par de kilómetros después de la salida. Julián se unió a un grupito que llevaba un buen ritmo, pero me pareció que yo debía ir un poco más tranquilo. Me jodío un poco dejarle tan pronto, pero quería ser fiel a mi primera premisa: “Reservar lo más posible”. Para ello no podía dejarme llevar por la emoción de los primeros compases.

Al poco me pasó un tío que debía ser el primo de Valentín y me puse a su rueda hasta que llegamos a la rotonda en la que se estrecha la carretera de camino a Jaca.

Dadas las circunstancias, la QH me la había planteado con objetivos cortos; para mí cada puerto y algunos de los avituallamientos eran un objetivo por sí mismo. Una vez conseguido cada objetivo ya veríamos…

Primer objetivo conseguido!!. El ascenso a Somport se me pasó rápido, la verdad. Durante el camino se me acercó un primo de Alfonso y un chaval de Torre en Conill que a lo mejor se nos une en un futuro. Paré en el avituallamiento, que parecía un campo de batalla. Luego me daría cuenta de que este era el mejor, por lo menos les quedaban sándwiches. En los avituallamientos posteriores solo les quedaban plátanos. Parecía como si hubiese pasado la marabunta (es lo que pasa por ir en el vagón trasero).

Bajadita destino al segundo avituallamiento. Disfrutando mucho, pero con mucha precaución. 
Es lo que pasa cuando decides ir a la QH el día antes, y no te ha dado tiempo a llevar a revisar la bici. Antes de salir me di cuenta de que los testigos de los frenos traseros habían pasado a mejor vida, así que el tema no estaba como para jugar mucho.

Parada en el segundo avituallamiento y mentalización para los cuatro últimos kilómetros de Marieblanc. Me encontraba cómodo subiendo, y tuve la tentación de imprimir más ritmo,  pero de nuevo eché mano de  mi primera premisa: “Reservar lo más posible”... Los 29 kilómetros del Portalet se podían hacer muy largos.

Bueno, pues tenía que llegar y ahí estaban. Cuatro kilómetros durillos por delante. No tenía mucho más que hacer que subirlos como buenamente pudiese. Con el piñón más grande iba justito, justito. Mi bici parecía una serpiente con unas copas de más. Pero poco a poco iba avanzando, hasta que una ambulancia se para delante de mí y deja tan solo un par de metros  para pasar. Tal y como iba no me vi capaz de pasar por ahí y tuve que echar pie a tierra. Estaba jodido; imposible retomar la marcha de nuevo con esa pendiente. Ya antes de bajar tenía los riñones reventados, pero cuando eché a andar parecía que los estuviese pisoteando… y todavía me quedaba un kilómetro por delante. Trescientos metros después apareció un ángel (un tío de 2 por 2) que se ofreció a empujarme. Estaba salvado, y pude coronar dignamente. Objetivo conseguido. Paradita en el tercer avituallamiento y a disfrutar el descenso.

Aproximación al Portalet sabiendo que podía hacerse muy largo. Lo fui subiendo tranquilo, sin forzar las piernas. Lo bueno de la QH es que hay gente por todos lados; algunos te pasan y tú pasas a otros, así que si tu objetivo es terminarla, no te sientes presionado.

Durante la subida me encontré con la peña de Bétera. Eran por lo menos 6 o 7, y me sorprendió que lograsen ir todos juntos a esas alturas. Estuve un rato con ellos hasta que seguí mi marcha. Paradas en el cuarto y quinto avituallamiento. Otros objetivos ya en el bolsillo!. La verdad es que el quinto me lo podía haber saltado, ya que el siguiente estaba cerca y me encontraba bien, pero quise ser fiel a mi plan (segunda premisa: parar en todos los avituallamientos, y tercera premisa: alimentarme contínuamente). Todo iba bien hasta que a 8 kilómetros de coronar me empieza a doler una rodilla. “¡Joder, ahora no!”, pensé. Intenté no prestarle atención y afortunadamente no duró mucho. Casi sin darme cuenta ya estaba en el sexto  avituallamiento. “Ya está hecho, un poco más y ya está”, me animé.

Sigo la marcha, y rápidamente me da la sensación de que estoy en la bici de spinning. Por más que pedaleo parece que estoy clavado en el mismo sitio; “Dios, esto no se acaba nunca”. Pero, sí. Ya había llegado arriba. Qué subidón. Lo sorprendente es que todavía hubiese gente con ganas de animar. Increíble.

Bajada vertiginosa y llegada al pie de la Hoz de Jaca. Solo puedo decir que la pasé. No sé muy bien cómo; yo creo que con tantas barritas, geles y plátanos ya iba anestesiado… no recuerdo muy bien los detalles…

Por fin ya estaba por Jaca, y entonces cometí el mayor error del día. “Ya hemos llegado”, me dije. Bajé la guardia y no, no; todavía quedaban unos cuantos kilómetros que se me hicieron interminables. Me uní a un grupito que más que servirme de apoyo físico, me sirvió de apoyo moral. Creo que cuando vi la meta hice la mayor exhalación de mi vida. Lo que parecía un imposible era una realidad. Lo había conseguido!!.

Lance

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